Sinopsis:
Hanna (Ronan) no es una chica común. Criada por su padre (Bana), un ex-agente de la CIA en lo más lejano de Finlandia, ella tiene la fuerza, la resistencia y el instinto agudo de un soldado. Enviada por su padre al mundo en una misión, Hanna viaja a hurtadillas por África del Norte y Europa mientras elude a agentes y matones clandestinos quienes reportan a una despiadada espía con secretos de ella misma (Blanchett).
En épocas donde el séptimo arte se ha saturado de refritos y pendejada y media, como sanguijuelas queriendo succionar la parte de arte del cine para convertirlo en otro frígido medio capitalista, llegan como el cometa Halley joyitas como las que les presento hoy.
Joe Wright, quien nos trajo Pride and Prejudice y Atonement, las cual debo admitir que no he visto ninguna, pero después de ver Hanna tengo que checar Atonement solamente por Saoirse Ronan, pero esa será otra reseña. Volviendo a Wright, quien se distingue por estas piezas de época, nos trae un peliculón gracias a la sensibilidad de Saoirse quien pidió al estudio que fuera Wright precisamente quien dirigiera esta pieza, y vaya que hace un gran trabajo.
De principio a fin, visualmente nos atrapa y cautiva el filme, desde los paisajes Finlandeses donde vemos a Hanna entrenando y cazando, pasando por Marruecos y demás paisajes, donde entre más decadente parece, aún más hermoso se muestra, como el parque de diversiones en completo olvido donde se lleva a cabo el desenlace.
La cinematografía nos remonta a una película ochentera, de esas con las que crecimos, lo que le da un look nostálgico, y el soundtrack ni se diga, cada escena de acción esta pintarrojeada con pinscelasos de tecno, unos beats que nos recuerdan a Kraftwerk y no podría haber sido más acertado, le inyectan esa adrenalina adecuada a la corredera y las patadas, como esa escena de Eric Bana en el estacionamiento, simplemente magnífica. Además la shaky cam, los movimientos en espiral repentinos, en cuestión técnica, Hannah acierta en tantas maneras.
Ahora yendo con Saoirse, desde que le conocí en The Lovely Bones (otro caso donde el libro es mucho más superior que la película) y después en The Way Back donde llamó aún más mi atención, era más que evidente que esta pequeña tenía algo que le falto a Dakota Fanning en su Boom, y esto es una personalidad llena de intriga, al grado que nos da escalofríos, y ahora como Hanna, que hace ver a Jason Bourne como un soldaducho de tercer mundo, nos atemoriza, pero a la vez nos conmueve con el primer contacto que tiene con el mundo real, y su inhabilidad social, y el encuentro que tiene con la música, el amor y la amistad, le da a la película un gran corazón.
Eric Bana despunta y sobresale, aún que solo lo vemos poco y para la mitad de la película le empezamos a perder el hilo un poco, sin embargo en cada escena que aparece brilla, como el padre sobreprotector y agente experto, que nos hace pensar por que no lo hemos visto más seguido, ya que ha porbado ser una excelente opción, como olvidar Munich, lo cual resulta grato verlo en acción. Y Cate Blanchett, ni se diga, una de mis actrices favoritas, no me deja abajo en esta ocasión, como la agente despiada dipuesta a matar sin pensarlo dos veces a quien se interponga entre ella y su objetivo, y su trasfondo obsesivo compulsivo, siempre en escena con elegancia y cabronería.
Sin ser muy complicada, pero lo suficientemente buena, la trama de Hanna nos envuelve en una espiral de intrigas, secretos, sentimientos y excelentes escenas de acción. Más que recomendable, es una Must See de este año, definitivamente tendré que revisitarla en una pantalla más grande que la de mi tablet ha. Y sin duda alguna estaré esperando con ansias a Saoirse en la próxima Violet and Daisy.
Crispetas: #### .5